Artículo publicado en el nº2 de la revista Saenal
En palabras de Kim Il Sung “una sociedad socialista tiene el objetivo de mejorar el bienestar material y cultural del pueblo de manera sistemática.” Para cumplir con dicho objetivo, Corea del Norte ha construido un sistema de servicios sociales universales, siendo el gasto social del gobierno norcoreano mucho mayor al de los estándares internacionales, ya que garantiza seguridad social, educación, salud y vivienda, además de otros servicios humanos varios y subvenciones para alimentación, ropa y combustible, entre otros. Este artículo se centra únicamente en su sistema sanitario, dejando otros aspectos del sistema de bienestar norcoreano para futuras ediciones.
A pesar de ser clasificado internacionalmente como un país de bajos recursos, la estructura de causas de muerte en la RPDC es bastante diferente a la de los países pobres del mundo, donde las principales causas de muerte son las enfermedades contagiosas como la Malaria -ya erradicada en Corea del Norte- o la malnutrición. A diferencia de lo que ocurre en estos países, en la RPDC son las enfermedades isquémicas del corazón (13%), las infecciones de las vías respiratorias muchas veces debidas al consumo de tabaco (11%) y las enfermedades cerebrovasculares (7%) las principales culpables del fallecimiento de los norcoreanos. Es decir, el panorama norcoreano en cuanto a principales causas de decesos se refiere, se asemeja más al de los países europeos que al de los menos desarrollados.
Esto probablemente esté relacionado con el hecho de que, al igual que el resto de los servicios, la sanidad es pública, universal y gratuita, garantizando un acceso generalizado para toda la población. La sanidad privada no existe, por lo que todos los ciudadanos hacen uso de los servicios públicos, los cuales están establecidos tanto a nivel nacional como provincial, municipal, distrital y también en las cooperativas, existiendo clínicas incluso en los centros de trabajo como fábricas, oficinas y granjas.

Gracias al acceso generalizado a la educación, el número de médicos en Corea del Norte es bastante elevado. Los norcoreanos cuentan con un médico de cabecera por cada 130 familias. Los pacientes son asignados en los centros de acuerdo con un criterio territorial, pero también es muy común que los médicos trabajen fuera de los centros hospitalarios acudiendo a los hogares para comprobar la salud de los habitantes. A diferencia de occidente, donde la sanidad es principalmente curativa (lo que resulta más rentable en lo económico), en la RPDC, donde la medicina tradicional sigue teniendo peso, la sanidad no es solo curativa sino también preventiva. De este modo, los médicos han de asegurarse de que las condiciones de vida, trabajo e higiene de sus pacientes son apropiadas para garantizar su buena salud. Asimismo, se realiza un gran esfuerzo para fomentar hábitos saludables. Por ejemplo, otro de los servicios ofrecidos a los trabajadores de manera gratuita son los centros de relajación y los ‘spas’. La realización de deportes también se fomenta en el país, y esto se ve reflejado en un problema de obesidad mucho más controlado que en otros países.
Sumado a todo lo mencionado, existe una asistencia especial para niños, mujeres y ancianos, proporcionando hospitales pediátricos, guarderías, jardines de infantes, casas de maternidad y hospitales exclusivos para mujeres embarazadas. Las campañas de inmunización y cuidado de madres e hijos fueron, de hecho, subrayadas por Margaret Chan, presidenta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2010 como un claro ejemplo de voluntad del Gobierno de cooperar con las agencias internacionales en la lucha contra las enfermedades.
Ese mismo año, la OMS describió el sistema de salud de Corea del Norte como “la envidia del mundo desarrollado” y criticó un informe de Amnistía Internacional basado en las declaraciones puntuales de unos pocos desertores que sostenía que los hospitales no funcionaban, alegando que esa información era totalmente incorrecta y desactualizada.
No obstante, la entonces presidenta de la OMS remarcó también que el mismo gobierno norcoreano le había declarado su preocupación y su total compromiso por erradicar la malnutrición en el país y modernizar las infraestructuras sanitarias, la mayoría de las cuales fueron construidas en los años 70. Un ejemplo de este compromiso es la construcción realizada en 2020 del nuevo Hospital General de Pyongyang, que forma parte del programa de mejoramiento del sistema sanitario norcoreano.