
Entre el 17 de octubre y el 7 de diciembre de 1950, en el marco de la Guerra de Corea, tuvo lugar la Masacre de Sinchón, en donde fueron torturadas y asesinadas entre 30.000 y 35.000 personas por las fuerzas surcoreanas bajo el mandato de los militares estadounidenses. Este número de personas era aproximadamente una cuarta parte de los habitantes de esta zona.
La Asociación Internacional de Abogados Democráticos, organización radicada en Pyongyang sin relación alguna con el gobierno de la RPDC, ha dedicado esfuerzos para recoger de forma oral testimonios de supervivientes y de personas que presenciaron estos infaustos hechos.

Entre muchos de los testimonios, desgraciadamente hay uno que destaca por su dureza: mil personas fueron llevadas a un refugio antiaéreo para después hacerlo arder entero.
Otras atrocidades fueron cortar el abdomen de mujeres embarazadas, clavar clavos en las cabezas o incluso coser a varias personas una cabeza a otra. Mucha gente pensó que no era necesario huir de sus casas, creyendo que las fuerzas invasoras les dejarían vivir tranquilos. Se equivocaron, pues las intenciones por parte de las autoridades del sur eran claras: había que crear impacto en la sociedad, que los civiles de la península no apoyasen al gobierno comunista del norte.
El estudio efectuado por esta Asociación determina que mataron al 87% de la población de Mangungri y al 68% de la población de Ryongdangri.
En 1958 se construyó el Museo de las Atrocidades de Guerra Estadounidenses, que además de mostrar y preservar la historia de esta atrocidad, sigue investigando nuevas evidencias de estos hechos. Recientemente se encontraron nuevos cadáveres alrededor de un polvorín en las inmediaciones de Pamnamugol, situado en la actual provincia de Hwanghae del Norte.
El museo, ubicado en la propia ciudad de Sinchon, puede ser visitado por cualquier coreano o turista extranjero.
Publicado en el nº4 de la revista Saenal