A lo largo de estos números hemos escrito sobre cómo es la RPDC, su sistema, su funcionamiento político, características geográficas, cultura… ahora hablaremos del germen de todo, la semilla que hizo florecer a esta nación.

Nos encontramos en el año 1926, en plena ocupación por parte de los japoneses de la península coreana, momento en el que un joven Kim Il Sung toma la decisión, junto a otros compañeros, de pasar a la acción para liberar el país. Es en este año cuando Kim Il Sung crea la Unión para Derrocar al Imperialismo (UDI) y es esta organización la que asume la difícil tarea de aglutinar a su alrededor a los sectores más amplios de la población y englobar en la misma UDI las distintas organizaciones (como la Unión de Mujeres Antijaponesas o la Unión de Jóvenes Saenal) para llevar a cabo con éxito este cometido.

En palabras del propio Kim Il Sung “En vista de que la UDI asume, en el estricto sentido de la palabra, la misión de derrotar al imperialismo, su programa debe presentar como tarea inmediata derrotar al imperialismo japonés, enemigo jurado de nuestro pueblo coreano, y lograr la liberación e independencia de Corea. Su objetivo final debe ser construir el socialismo y el comunismo en Corea y, más adelante, acabar con todos los imperialismos y realizar el comunismo en el orbe.

Tomando acciones y respaldados por el pueblo coreano los militantes de la UDI lograron detener convoyes que viajaban a China así como boicotear los productos japoneses que éstos últimos traían a la península. En numerosas ocasiones, los militantes entraron en combate contra las fuerzas japonesas, llegando, poco a poco, a conformar los inicios de las guerrillas anti-japonesas.

La UDI fue, por tanto, el embrión de una guerrilla que más tarde se organizó militarmente para poder liberar a la península coreana del imperialismo japonés.

Como curiosidad, la unión, en un comienzo, se distinguía con una bandera con las iniciales ㅌ.ㄷ (del nombre 타도제국주의동맹, o T’ado Cheguk Chuŭi Tongmaeng), pero después, pasó a configurar el famoso símbolo de la bandera del Partido del Trabajo de Corea, con la hoz coreana, el pincel de la intelectualidad y el martillo de los trabajadores.

 

Esta unión de organizaciones ha llegado a “calar hondo” en la conciencia social norcoreana actual, dado que las agrupaciones que la conformaron siguen manteniendo vínculos de organización y cooperación, con vistas a lograr el fin del imperialismo global.

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