La división de Corea fue, desde el primer momento, un duro golpe a toda la población coreana. Hermanos que tanto habían luchado juntos para expulsar a los japoneses ya no formaban parte del mismo país. Este hecho que tanto daño hizo provocó que se buscase la reunificación de muchas maneras muy diferentes y en una de ellas, se consiguió. Eso sí, solo deportivamente y durante poco más de un mes.

Esta es la historia de Corea en el Campeonato Mundial de Tenis de Mesa de 1991, la historia de la Corea unificada.

Para ello pongámonos en contexto de la época: China arrasaba en tenis de mesa, es su deporte y siempre lo ha sido. En 1991 llevaba 8 campeonatos (desde 1975) ganando la medalla de oro consecutivamente en la categoría de equipo femenino. Nadie las paraba. En todas las finales, excepto en una, la rival siempre fue Corea del Norte o Corea del Sur. Estas siempre perdían, nadie podía ganar a las chinas. Especialmente dolorosa fue la final individual femenina del Campeonato del Mundo anterior a 1991, en donde la norcoreana Li Bun Hui fue medalla de plata y la surcoreana Hyun Jung Hwa fue bronce. El oro como no, fue para una deportista china.

Todo esto lo sabían ambas Coreas y en las conversaciones intercoreanas de alto nivel de septiembre de 1990, como gesto de buena fe y para aliviar tensiones políticas del pasado, se planteó por primera vez la formación de un equipo deportivo unificado. Tras más de 5 meses de negociación el sueño se hizo realidad: Corea participaría como un solo país en el Campeonato Mundial de Tenis de Mesa.

A pesar de que las deportistas coreanas nunca habían jugado juntas y solo pudieron entrenar durante un mes, un 24 de abril de 1991 entraron por primera vez en un estadio lleno bajo una sola bandera, bajo la bandera de Corea unificada.

La expectación era enorme, ciudadanos de ambas Coreas estaban en el estadio ondeando la misma bandera, con la misma ropa y apoyando al mismo equipo. Nunca se había vivido un ambiente como tal y el equipo no decepcionó, Corea ganaba y ganaba.

Los días pasaron y Corea seguía por el mismo camino, por el camino de la victoria. En octavos de final arrasaron con un 3-0. En cuartos de final ocurrió lo mismo, otro 3-0. Las semifinales tampoco supusieron un problema para el equipo unificado, se ganó con un 3-1. Así es, Corea estaba en la final. Pero como en todas las historias, en esta también había un rival imbatible, un rival que había arrasado aún más que Corea: China. En todas las rondas anteriores, incluso en semifinales, ganó con un contundente 3-0.

Li Bun Hui (Norte) y Hyun Jung Hwa (Sur) formaron pareja en tenis de mesa representando a la selección unificada de Corea

Llegó el 6 de mayo, la ansiada final. Todos daban por hecho la victoria de China, que en realidad, lo tenía todo a su favor, pero en la primera ronda se encontraron un primer revés: Yu Sun Bok ganó a la deportista china en un ajustado 2-1. Corea se ponía en cabeza. Lo mismo pasó en la segunda ronda, Hyun Jung Hwa ganó de nuevo con un contundente 2-0 y Corea estaba a un solo partido de ganar el oro. Nadie daba crédito de lo que estaba pasando.

China tenía toda la presión y no decepcionó. No solo ganó la tercera ronda, sino que también ganó la cuarta. Estaban empatadas y todo se decidiría en la última ronda. En esta, por parte de Corea volvería a participar Yu Sun Bok y por parte de China lo haría Gao Jun. Fue una batalla ajustadísima pero, COREA GANÓ, COREA UNIFICADA GANÓ LA MEDALLA DE ORO.

Corea volvía a ser un solo país, las deportistas tanto del Norte como del Sur se abrazaban como hermanas, la felicidad era inmensa. Una vez llegadas al podio sonó por primera vez un himno desconocido para el resto del mundo, una canción folklorica coreana que se usó como himno de una Corea unificada, la canción Arirang.

La bandera de Corea unificada se ondeó en lo más alto. La Corea unida fue la Corea más fuerte.

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