Es un plato bastante simple, ya que todos sus ingredientes son fáciles de conseguir. Su versión más simple consta tan solo de kimchi con su salsa y arroz, pero para que quede más consistente se le puede echar carne y tofu. El nombre jjigae (pronunciado chigué) es similar a un estafado, pero en rasgos generales está más aliñado que un estofado. En la gastronomía coreana un plato elaborado es o un chigué o una sopa. Hay muchas variantes de chigué: De tofu, de gochujang, de doenjang (pasta similar al gochujang), etc…
El estofado de kimchi es uno de los platos más comunes de la gastronomía coreana y uno de los primeros que se prueba cuando una persona se inicia en la gastronomía coreana. Es uno de los platos que más variantes tiene, pero aquí os presentamos la más común.
Ingredientes:
- Kimchi
- Carne de cerdo o pollo
- Pimienta negra
- Arroz cocido glutinoso
- Tofu firme
- Salsa de soja coreana
- Gochujang (opcional, en función de tu gusto por el picante)
En primer lugar, tenemos que marinar la carne con pimienta negra. Una vez hecho, empezamos a cocerla junto con el kimchi y su caldo (aunque en algunas casas se añade agua en su lugar). Cuando empiece a hervir, añadimos el tofu y una cucharada de salsa de soja coreana. Opcionalmente, y en función del picante que quieras, puedes añadir una cucharada de gochujang.
Cuando terminemos, añadimos el arroz al gusto y…
¡A COMER!
Esto no es un plato, sino un ingrediente en forma de pasta que se usa para hacer muchos platos y que ya hemos puesto que se usa en otros platos.
Este condimento se prepara de manera artesanal en Corea desde el siglo XVIII y se envasaba en recipientes de barro. Antaño se preparaba con cebada y calabaza.
Ingredientes:
- Pimientos picantes secos
- Arroz
- Dientes de ajo (2)
- Sal
- Sésamo
Para esta pequeña receta lo primero que debemos de hacer es meter los pimientos secos junto con agua, que dejaremos a fuego lento-medio hasta que el agua se coja un color rojizo. Tras esto, lo dejaremos un rato reposando (2 horas) y lo pasaremos todo por una licuadora. Lo colaremos para eliminar la piel de los pimientos y lo volveremos a meter todo en la licuadora, junto con un arroz que hemos cocido previamente y el sésamo, y ya estará listo.
Tras todo estos pasos, en Corea se suele dejar reposar en recipientes de barro, pero también sirve un recipìente de cristal para que coja la textura pastosa tradicional. Dura hasta tres días en el frigorífico hasta que fermente. Si se deja fermentar vale para hacer kimchi.